El alfabeto latino

El alfabeto latino


    El alfabeto latino deriva del etrusco, el cual se nutrió del griego. Durante el periodo clásico, el alfabeto estuvo constituido por las siguientes grafías:


A, B, C, D, E, F, G, H, I, K, L, M, N, O, P, Q, R, S, T, U (V), X.


     El empleo de la Y y la Z fue una inserción posterior que se realizó con la finalidad de transcribir las palabras de origen griego.
     
    En el alfabeto original latino, la C representaba la g y la k; la I representaba la i y la j; mientras que la V representaba tanto la u como la v.
    La introducción de la W (unión de dos uves) ocurrió durante el periodo romano tardío para representar un sonido germánico.
    Es en el siglo XVII que se agregan los grafemas J y V para distinguir los sonidos consonánticos de las letras I inicial y V inicial.


Pronunciación del alfabeto latino

     Existen dos variantes en cuanto a la pronunciación del latín. La primera es conocida como pronunciación clásica o reconstruida (pronuntiatio restituta), propuesta por Erasmo de Rotterdam (1466-1536). Mientras que la segunda alude a la pronunciación eclesiástica, impuesta por Pio X (1835-1914) y emparentada con la pronunciación del italiano.

    En el siguiente video tenemos una explicación de la pronunciación clásica:


Esta se complementa con las reglas de acentuación






  
  En el siguiente video tenemos una explicación de la pronunciación eclesiástica:





Bibliografía

Segura Munguía, Santiago. (2012). Gramática latina. Nueva trilogía sobre la lengua latina.
                                                    Bilbao, España:Universidad de Deusto.



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