La primera declinación
La primera declinación
(Tema en a)
Esta declinación comprende sustantivos y adjetivos femeninos, así como algunos sustantivos masculinos cuyo genitivo singular siempre termina en -ae. El conjunto de palabras que pertenecen a la primera declinación presentan el tema en -a, esto es, que la raíz termina en -a, a la cual se le agregan las desinencias correspondientes de cada caso. Esquematizamos el cuadro de declinación de la siguiente manera:
Tal y como nos informa Segura Munguía, a lo largo del tiempo hubo una serie de cambios fonéticos que resumo en la siguiente tabla:
Se deben tomar en cuenta las siguientes observaciones extraídas de Segura Munguía (2012, 37-38):
1.ª La forma primitiva de la desinencia del genitivo de singular era -as; estas formas aparecen en los autores arcaicos (Ennio, Nevio, etc.) y se conservan como restos aislados en las expresiones jurídicas pater familias, padre de familia; mater familias; filius familias. Más tarde, por analogía con los temas en -o, la forma de genitivo fue -ai, que, como ya se ha visto, evolucionó a -ae. No obstante, la forma arcaica -ai se conservó en poesía hasta la época imperial (Virgilio: aulai, pictai, etc.). En época tardía, este diptongo -ae fue pronunciado e.
2.ª Género.—Los nombres de la 1.ª declinación son femeninos, excepto los que indican varones u oficios propios de varón: agricola, nauta, poeta. Los gentilicios y los nombres de ríos suelen ser masculinos: Persa, Sequana (el Sena). Son también masculinos: cometa, Adria, planeta.
3.ª Algunos nombres, particularmente los acabados en -cola y -gena, pueden hacer el genitivo plural en -um (en vez de -arum): agricolum o agricolarum (de agricola, campesino); caelicolum (por caelicolarum = de los habitantes del cielo), Graiugenum o Graiugenarum (de Graiugena, descendiente de griegos). Esto es más frecuente en poesía.
4.ª Para diferenciarse de su correspondiente masculino, algunos nombres de la 1.ª declinación forman su Dat. y Ablat. de plural en -abus. Los más frecuentes son dea (la diosa), filia (la hija) y liberta (la liberta): cum dis deabusque (= con los dioses y las diosas); filiis filiabusque (= a, para los hijos y las hijas). Hay también otros menos usados: anima (el alma), asina (la burra), capra (la cabra), equa (la yegua), famula (la criada), mula (la mula), nata (la hija), serva (la esclava), socia (la compañera); todos ellos hacen animabus, asinabus, etc., para diferenciarse de animis, filiis… (de animus, filius, etc.), que son temas en -o. Usados separadamente suelen ofrecer la desinencia normal -is.
5.ª Nombres defectivos.—Algunos nombres no tienen completa su declinación; los que no se declinan en todos los casos son defectivos de caso; los que sólo ofrecen formas de uno de los dos números, defectivos de número.
- a) Carecen de plural: diligentia (diligencia), iustitia (justicia), regula (regla), scientia (ciencia).
- b) Carecen de singular: angustiae (desfiladero), blanditiae (caricias), divitiae (riquezas), excubiae (la guardia, los centinelas), exuviae (los despojos), habenae (las riendas), indutiae (la tregua), insidiae (la emboscada), Kalendae (las calendas), minae (las amenazas), nuptiae (la boda), reliquiae (los restos), tenebrae (las tinieblas); también carecen de singular algunos nombres de ciudad: Athenae (Atenas), Comae (Cumas), Syracusae (Siracusa), Thebae (Tebas), etc. En español, algunos de estos nombres se usan solo en plural o preferentemente en plural: tinieblas, riendas.
- c) Cambian de significado al cambiar de número: aqua (agua), aquae (aguas medicinales, balneario); copia (abundancia), copiae (tropas); fortuna (fortuna, suerte), fortunae (bienes de fortuna, suertes); littera (letra), litterae (carta, letras, literatura); opera (cuidado, obra), operae (sueldo, cuidados).
6.ª El locativo.—Se denomina así un primitivo caso indoeuropeo, que servía para indicar el lugar en donde está o sucede algo. En latín quedan restos aislados de este antiguo caso, cuya forma, en la 1.ª y 2.ª declinación se confunde con la del genitivo singular. Se usa sobre todo con nombres de ciudad: Romae (en Roma), Caesaraugustae (en Zaragoza), Malaccae (en Málaga). Los nombres de ciudad de la 1.ª declinación que tienen sólo forma plural expresan esta función locativa mediante el ABLATIVO (sin preposición): Athenis (en Atenas), Syraeusis (en Siracusa). De los nombres comunes de la 1.ª decl. sólo militiae se emplea en LOCATIVO, en la frase domi militiaeque (en la paz y en la guerra).
Bibliografía
Gispert-Sauch Colls, Ana (2014). "Nociones básicas del latín para acceder a textos clásicos". Boletín de la Academia Peruana de la Lengua, 57 (Enero-Junio), pp. 31-80.
Segura Munguía, Santiago (2012). Gramática latina. Nueva trilogía sobre la lengua latina. Bilbao, España:Universidad de Deusto.
Valentí Fiol, Eduardo (1993). Gramática de la lengua latina. Morfología y Nociones de sintaxis. Barcelona, España: Bosch.
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